domingo, 18 de noviembre de 2007

Lo común de lo diferente.

“El multiculturalismo parte de un supuesto falso, que hay que rechazar sin equívocos: que todas las culturas, por el simple hecho de existir, son equivalentes y respetables.”

Así de cruda, es la forma como Mario Vargas Llosa exponía meses atrás sus ideas sobre el multiculturalismo. Incentivado por el candente debate abierto en Europa a raíz de los procesos globalizadores, generadores de continuo intercambio cultural, y los “problemas” que estos acarrean, Vargas Llosa expone su punto de vista acerca de la posición que deben asumir los Estados democráticos en torno a la aceptación o rechazo de ciertas características culturales.

Para el escritor, un Estado, valga la redundancia, democrático, esta en la obligación de velar por los valores fundamentales de libertad e igualdad. En el caso específico tratado en esa ocasión, fundamentó la prohibición del uso del velo de parte de jóvenes musulmanas en escuelas públicas en virtud de que al hacerlo no se estaría sino aceptando la práctica de conductas que discriminan a la mujer. En palabras del mismo autor “…si se trata de respetar todas las culturas y las costumbres ¿por qué la democracia no admitiría también los matrimonios negociados por los padres y, en última instancia, hasta la ablación del clítoris de las niñas que practican tantos millones de creyentes en el África y otros lugares del mundo?”

De un tiempo a esta parte, la cuestión de la construcción de la sociedad boliviana no ha hecho otra cosa que generarme dudas; y si bien la especificidad del tema religioso es por demás apasionante, es la generalidad que puede ser inferida de los parrafos anteriores – respeto a los valores democráticos – la que podría dar una solución a mi constante cuestionamiento.

¿En un país sumido en grandes dicotomías, en donde el pasado y el presente parecen no haber cruzado sus caminos, en donde las diferencias resaltan más que las igualdades, el papel que juega el Estado no debiera ser acaso el mismo que aquel retratado por Vargas Llosa, en donde la constitución y las instituciones públicas sean reflejo pleno de los valores con los que fueron concebidos, valores democráticos de igualdad y libertad que debieran respetarse por sobre todo uso y costumbre porque son en ellos donde el ser humano, como individuo y colectividad, encuentra las bases plenas para su desarrollo y superación?.

Aún cuando la afirmación podría hacer eco en el vasto altiplano, vemos como en Bolivia parece no ser el caso. Como si fuese una parodia, una ironía de la vida, somos testigos de un manejo del Estado y la elaboración de una nueva Carta Magna por parte de un gobierno, que como si fuese una continuación a los más de 500 años de exclusión, tiende a dejar de lado a una gran parte de la población, unos prisioneros de su pobreza y otros desiguales por su raza.

¿Si las sociedades no son sino el reflejo de las personas que en ellas habitan e interactúan y las reglas establecidas, por estas interacciones, para tal fin, no estaríamos aceptando entonces, si coincidimos con lo expresado en líneas atrás, de que existen personas más avanzadas que otras? Y si así lo hiciéremos, no es acaso fácil cruzar la línea y pensar que existen mejores seres humanos que otros en virtud de su “desarrollo”, ya sea éste 500 años antes o 500 años después?

Libertad e igualdad…democracia. No son simplemente postulados o un tipo de régimen político. Son un estilo de vida. Sin duda, no es perfecto y en él grandes desequilibrios se han creado pero no ha sido sino esta misma forma de vivir la que ha permitido a un “indio”, representante de una mayoría de la población, convertirse en gobernante de esta sociedad.


El diseño de Bolivia parece no ser fácil, pero no esta sino en las manos de todos los bolivianos, y más aún si son gobernantes, el sentar las bases comunes para convertir este conglomerados de culturas, las antiguas y las modernas, en una sola sociedad. Una sociedad capaz de incluir y excluir prácticas particulares persiguiendo un solo fin…el bien común…el bien de todos.

No hay comentarios: