lunes, 17 de diciembre de 2007

¿Qué compartimos?

Los villancicos la aclaman, las tiendas la esperan y las luces de colores la saludan; nuestras mentes se atiborran con olores a pino, miradas de papel de regalo y sabores de picana; la Navidad ya está aquí.

Serán días maravillosos seguramente, donde nos desearemos la paz y la prosperidad que siempre nos deseamos y luego empezaremos un nuevo año dejando atrás este periodo de compartir.

"Compartir", linda palabra para adornar el árbol, pero, ¿que compartimos en verdad los bolivianos?

Es verdad que gran parte de nuestra población sin duda responde a esa amalgama de razas y culturas que han venido a formar parte de lo que llamamos mestizaje y que hemos sido testigos de la adopción de costumbres tanto foráneas y originarias como de la concepción de hibridismos, que pareciesen formar parte intrínseca de lo que representa ser "boliviano".

Sin embargo, las ultimas demostraciones en el país y la presentación de la CPE por parte del gobierno y de los estatutos autonómicos por parte de varias regiones; los unos con sus llamas y zampoñas y los otros con sus toros y violines, y ambos sostenidos por una ilegal "legitimidad", nos muestran de que no compartimos mucho mas que una marcada división.

¿Que fue, entonces, lo que mantuvo tanto tiempo unida a esta "comunidad"?

Desde mucho antes de nacer a la vida republicana, y hasta nuestros días, esta región y sus habitantes han sido presas de la dominación.

Los tihaunacotas, los incas, los españoles, los independentistas, los conservadores, los liberales, los nacionalistas y los "demócratas", todos los que estuvieron en el poder, construyeron sus imperios a merced de la sumisión de los pueblos.

Para ello, no tuvieron más que valerse de la ignorancia y necesidades de estos, de la avaricia de sus líderes y representantes, o en última instancia del uso de su superior fuerza.

Así, este congénito centralismo de los gobernantes, encontró los medios para mantener tranquilas las aguas de una de por si picada sociedad, sin darse cuenta del remolino de resentimientos que se formaba en el fondo.

Hoy, vemos que la superficie no es mas serena y que los antes acallados no solamente tienen una voz sino una voluntad para hacerse escuchar.

Bolivia atraviesa una de sus mayores crisis o tal vez una de sus mejores oportunidades. La capacidad y responsabilidad que mostremos en dialogar, será la que incline la balanza hacia una u otra alternativa.

Podemos darnos cuenta de que no estamos solos; de que el mundo no solo gira alrededor de una tez blanca o de un idioma aymara; de que también existen otros y que como nosotros están cansados de vivir dominados por unos pocos.

O simplemente podemos seguir escuchando solamente nuestros gritos, bailando en nuestros pedazos de tierra, blandiendo nuestras constituciones y preparando el terreno para sembrar y "compartir", una vez más, la misma historia.

¿Seremos capaces de crear ese evento magno de conversación sincera y responsable para construir una Bolivia diversa pero unida?; o tendremos que esperar, como en el pasado, a que se de un conflicto bélico para que se aglutinen razas, clases y regiones, y luego rezar, a las vírgenes de Copacabana, Urkupina y Cotoca, para que no se separen?

¿Seremos capaces de darnos cuenta que en este mundo todos avanzan en base a su mayor recurso, que es el recurso humano?; o seguiremos dependiendo de nuestras agotables materias primas para continuar generando estados que lo único que hacen es engordar a sus aliados mientras el resto del país se ahoga en las lluvias de fin de año y en la pobreza de todos los días.

¿Cual adorno pondrán los gobernantes en el árbol este año? ¿Cual adorno pondrás tú? ¿Que futuro queremos compartir?